Según dijo a las autoridades, quiso atentar en represalia por bombardeos contra su país.
Akayed Ullah tiene 27 años. Hace 7 vive en Estados Unidos, y hoy casi provoca una masacre en Nueva York. El joven, nacido en Bangladesh, llevaba un explosivo artesanal atado a su cuerpo con velcros y plásticos. La bomba casera estalló cuando caminaba por uno de los túneles subterráneos de la terminal que comunica estaciones de subte entre sí.
El ex jefe de la policía de Nueva York, Bill Bratton, dijo a la televisión MSNBC que fue informado de que el sospechoso había actuado inspirado en el ISIS, pero que aparentemente no tenía ningún contacto directo con el grupo. Las autoridades no han confirmado estas informaciones.
«Estuvieron bombardeando mi país y yo quería hacer daño acá», dijo Ullah a las autoridades desde la cama del hospital donde está internado, según fuentes policiales citadas por el New York Post.
La explosión llenó el pasillo, atestado de multitudes de pasajeros el lunes por la mañana, con humo. Ullah sufrió quemaduras y heridas, y causó lesiones muy leves a otras tres personas.
